lunes, 28 de mayo de 2012

Las nuevas teorías económicas: el liberalismo

Mercantilismo
El mercantilismo era una doctrina de pensamiento económico que prevaleció en Europa durante los siglos XVI, XVII y XVIII y que promulgaba que el Estado debe ejercer un férreo control sobre la industria y el comercio para aumentar el poder de la nación al lograr que las exportaciones superen en valor a las importaciones. El mercantilismo no era en realidad una doctrina formal y consistente, sino un conjunto de firmes creencias, entre las que cabe destacar la idea de que era preferible exportar a terceros que importar bienes o comerciar dentro del propio país; la convicción de que la riqueza de una nación depende sobre todo de la acumulación de oro y plata; y el supuesto de que la intervención pública de la economía es justificada si está dirigida a lograr los objetivos anteriores. Los planteamientos mercantilistas sobre política económica se fueron desarrollando con la aparición de las modernas naciones Estado; se había intentado suprimir las barreras internas al comercio establecidas en la edad media, que permitían cobrar tributo a los bienes con la imposición de aranceles o tarifas en cada ciudad o cada río que atravesaban. Se fomentó el crecimiento de las industrias porque permitían a los gobiernos obtener ingresos mediante el cobro de impuestos que a su vez les permitían costear los gastos militares. Así mismo la explotación de las colonias era un método considerado legítimo para obtener metales preciosos y materias primas para sus industrias.
El mercantilismo tuvo gran éxito al estimular el crecimiento de la industria, pero también provocó fuertes reacciones en contra de sus postulados. La utilización de las colonias como proveedoras de recursos y su exclusión de los circuitos comerciales dieron lugar, entre otras razones, a acontecimientos como la guerra de la Independencia estadounidense, porque los colonos pretendían obtener con libertad su propio bienestar económico. Al mismo tiempo, las industrias europeas que se habían desarrollado con el sistema mercantilista crecieron lo suficiente como para poder funcionar sin la protección del Estado. Poco a poco se fue desarrollando la doctrina del librecambio. Los economistas afirmaban que la reglamentación gubernamental sólo se podía justificar si estaba encaminada a asegurar el libre mercado, ya que la riqueza nacional era la suma de todas las riquezas individuales y el bienestar de todos se podía alcanzar con más facilidad si los individuos podían buscar su propio beneficio sin limitaciones. Este nuevo planteamiento se reflejaba sobre todo en el libro "a riqueza de las naciones"(1776) del economista escocés Adam Smith.

La riqueza de las naciones
La riqueza de las naciones
El mismo año en que las 13 colonias americanas proclamaban su independencia de Gran Bretaña, el escocés Adam Smith establecía las bases del liberalismo económico con la publicación del libro "Investigaciones sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones" (1776). En síntesis, esta obra postulaba:
Crítica de las posiciones económicas vigentes la riqueza de un país no residía, como se pensaba, en la acumulación y atesoramiento de metales preciosos (mercantilismo), ni tan sólo en la producción agraria (fisiocracia). La riqueza de las naciones dependía de la capacidad productiva total de cada país entendida como la suma de los trabajos y esfuerzos individuales de los habitantes en todas las parcelas productivas: agricultura, industria y comercio. La riqueza generada por la producción nacional generaría el bienestar de sus habitantes. La formación de capital procedía del ahorro y de los beneficios obtenidos de la diferencia entre el precio de costo (materia prima, trabajo, energía...) y el precio de venta.

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